Un sistema solar fotovoltaico es capaz de producir electricidad renovable mediante radiación solar. En su instalación intervienen componentes fotovoltaicos muy importantes, que inician su sistema operativo. Uno de ellos es lo que se llama paneles solares, aunque hay mucho más por descubrir que aclararemos a continuación.
Cada una de las piezas que la componen es fundamental para captar la energía del sol y efectuar su transformación en el momento adecuado. Es un recurso eficiente que ha aumentado su demanda ya que se encarga de proporcionar agua caliente y calefacción, entre otras comodidades, y de alimentar hogares aislados que no cuentan con red eléctrica. A continuación te mostramos cada uno de los componentes de una instalación fotovoltaica y te explicamos su función.
Estructura para paneles solares
Entre los componentes que componen un sistema fotovoltaico, las estructuras de los paneles fotovoltaicos son componentes pasivos que facilitan la instalación de los módulos fotovoltaicos, los cuales deben soportar permanentemente las condiciones climáticas exteriores. Estos elementos fijan su posición y la mantienen estable durante años. Son sumamente importantes, ya que la inclinación de la estructura será la encargada de recibir una adecuada radiación solar por parte del panel solar.
Módulo solar fotovoltaico (paneles solares)
Hablamos del elemento más destacable de cualquier instalación solar fotovoltaica. Se encarga de convertir la energía solar en energía eléctrica y aportar la energía necesaria en todo momento.
Los paneles están equipados con celdas de silicio, un material semiconductor encapsulado y conectado eléctricamente, y montado sobre una estructura que actúa como soporte.
Los módulos tienen diferentes variaciones en cuanto a precio y eficiencia, siendo posible elegir entre policristalinos y monocristalinos, aunque estos últimos ofrecen un rendimiento superior.
Regulador de carga
Su función es administrar la energía de la batería de manera óptima. De esta forma evita que el sistema fotovoltaico se sobrecargue o se descargue en exceso, a la vez que prolonga la vida útil de los acumuladores.
Tiene una capacidad máxima de corriente en amperios que garantiza una carga adecuada, al tiempo que asegura un suministro de energía óptimo.
Batería o acumulador
Se encarga de regular la energía eléctrica que le llega. Lo que hace es almacenar electricidad para poder utilizarla más tarde cuando sea necesario. La batería es un componente elemental porque suministra energía a la instalación durante los días de poca luz o sol.
Así, el objetivo del acumulador se puede resumir en tres funciones claramente resaltadas y diferenciadas:
Almacena energía durante un período de tiempo específico.
Proporciona una potencia de salida inmediata lo suficientemente alta como para proporcionar una potencia eficiente.
Limita y fija la tensión de funcionamiento del sistema para evitar caídas de tensión en toda la instalación.
Inversor solar
El inversor solar convierte la corriente continua que procede de las baterías en corriente alterna o convencional. Dicha corriente tiene que ser la misma que emplea la red eléctrica (220 V con una frecuencia de 50 Hz). Eso sí, una vez en funcionamiento debe amoldarse a la demanda de potencia máxima dispuesta en los equipos acoplados a él. Se trata de un elemento de alta eficiencia y seguridad, clave en las instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red y en aquellas autónomas cuya misión es proveer de electricidad a una vivienda.